lunes, 28 de enero de 2013

Tostadas francesas



Si nunca habéis probado las tostadas francesas os animamos a que lo hagáis… Son muy parecidas a las torrijas, con la diferencia de que éstas últimas utilizan pan de barra, que en el caso de las tostadas francesas es de molde, y mientras que las torrijas se fríen en aceite, las tostadas francesas se preparan a la plancha con mantequilla.
Por cierto, como muchas otras recetas con “denominación de origen” estas tostadas francesas nos  vienen de Francia, donde las llaman “pain perdu”.
Lo que sí es cierto es que a mí me encantan las torrijas de leche, y siempre me he quejado de comerlas sólo en Semana Santa, por lo que la alternativa de unas tostadas francesas con fruta fresca para desayunar me parece muy, muy apetecible… ¿y a vosotros?
Ingredientes:
·         10 rebanadas de pan de molde
·         2 huevos
·         1/2 taza de leche
·         canela en polvo o azúcar glass
·         Mantequilla
Preparación de las tostadas francesas:
Batimos los dos huevos con la media taza de leche y mojamos el pan de molde ligeramente en esta mezcla. No lo dejamos mucho porque se puede deshacer.
Calentamos mantequilla en una sartén o plancha y freímos las tostadas hasta que queden doradas por ambos lados. Finalmente espolvoreamos ligeramente con canela en polvo o azúcar glass.
Sirve las tostadas acompañadas de miel o mermelada y fruta fresca de temporada…

jueves, 24 de enero de 2013

“LAS RABIETAS”




Definir exactamente lo que es una rabieta es algo complicado.
En términos generales, se explican como comportamientos naturales durante el desarrollo de la primera infancia caracterizados por llantos, lloros, gritos, tirarse al suelo u otras muestras de ira o frustración que aparecen cuando no se satisface alguna de las demandas del niño/a o simplemente es por querer "salirse con la suya" y por ello, buscan obtener aquello que no han conseguido de otro modo y que mejor forma que hacer rabiar un rato a los padres.

Generalmente comienzan entre los 12 y 18 meses, empeoran entre los 2 y 3 años (el 50-80 % de los niños de 2-3 años tienen rabietas al menos una vez a la semana y el 20 % al menos diariamente) y luego disminuyen rápidamente hasta la edad de 4 años.

Se pueden clasificar en cuatro grandes grupos dependiendo de factores:

1.- Del desarrollo:
 Son las  rabietas más habituales.
Aparecen cuando las emociones negativas de ira o frustración son utilizadas para reafirmar su personalidad y  autonomía. Esta búsqueda de independencia choca con los límites que le imponemos como padres y de ahí la pataleta como protesta.
  2.- Temperamentales:
Según el carácter y rasgos de personalidad de cada niño, sus emociones serán expresadas de una u otra manera y por ello usarán o no el estilo “rabieta pataleta”

3.-  Ambientales:
Aparecen según los factores externos que rodean al niño. Estos serán o no mantenedores de la conducta incorrecta en el tiempo.
4.- Orgánicas:
Diversos trastornos pueden estar relacionados con una frecuencia e intensidad más o menos elevada de rabietas en los niños.
Por tanto, las rabietas son más fáciles de reconocer que de definir. Se suelen  producir siempre en presencia de la madre,  padre o persona que lo cuida habitualmente.
No suelen aparecer tanto ante la presencia de profesores,  personas desconocidas o de autoridad para el niño.
Existen diferentes motivos que pueden despertar que cada niño elija este comportamiento. Los más importantes o conocidos son:
  • La frustración del niño por no poder hacer algo “inmediatamente”. 
  • Su deseo de controlar el ambiente, su deseo de “omnipotencia”. 
  • El deseo de llamar la atención, de ser el centro. (Algunos niños descubren que “portándose mal”  reciben mucha atención y cuando “son buenos”  nadie les hace caso por lo que se cansan de esta situación y eligen una actitud más rebelde y llamativa.
Ante estas situaciones ¿qué debemos hacer?...

Desde luego cada niño es único, al igual que cada familia, situación o contexto y por tanto, aplicar  “recetas mágicas”  es complicado sino se cuenta desde el punto de vista psicológico con información objetiva, no sólo del comportamiento del niño sino de la ACTITUD Y RESPUESTA de los padres.
En general os recomendaría algunos puntos a tener en cuenta:
-Lo principal es tener claro nuestro plan de trabajo: qué voy a hacer, cómo y por qué.

- Ignoraremos el comportamiento del niño de forma sistemática, SIEMPRE, tanto a nivel verbal como no verbal con palabras y gestos. En el caso de que exista peligro para él y pueda darse un comportamiento disruptivo que cause peligro,  si mantendremos contacto o proximidad.
- Deberemos ser coherentes y no educar según nuestro estado de ánimo, cansancio etc.

- No contra-argumentaremos la rabieta, esperaremos a que pase y hablaremos con el niño del tema solo en caso de que haya sido el resultado de saltarse una norma.

- Cuando empecemos a no atender las rabietas, la conducta incorrecta en lugar de disminuir va a aumentar. No hay que asustarse, es normal. Poco a poco irán disminuyendo. Lo harán más rápidamente si atendemos las demandas correctas.

- No utilizaremos el cachete, ni gritos, ni ceder al capricho o delegar en la pareja, abuelos u otras personas cercanas. La corrección y en su caso el castigo lo hará la persona afectada de forma contingente a la rabieta.

- Tenemos que tener muy claro cuando comenzaremos a corregirlas y si estamos o no preparados.
Si consideramos que no vamos a ser capaces de mantenernos en el tratamiento de la rabieta (por estado de ánimo, nuestro carácter, estamos solos sin contar con ayuda en casa, cansancio etc.), es mejor no hacer nada o esperar a otro momento.

- Deberemos marcarle  normas claras y límites. No sirve de nada decir “debes portarte bien”, es una orden ambigua, deberemos especificar  “Recoge tus juguetes de la habitación”.

- Les ayudaremos a expresar sus sentimientos para que sean capaces de expresar de otros modos su enfado, tristeza etc. y siempre ante época de correcciones reforzaremos  su buena conducta.

jueves, 17 de enero de 2013

BuenosPropósitos 2013: los mejores consejos para padres




Llega un año nuevo y con él, energía renovada para cumplir nuestros buenos propósitos en 2013. Uno de los más ilusionantes, sin duda, es dedicarnos más a nuestros hijos.
Hoy os ofrecemos 10 consejos, aunque el buen propósito, es acompañaros los 365 días del año.
1.- Educa en positivo.

Esto no siempre es fácil, ya que exige grandes dosis de paciencia, dedicación y esfuerzo, pero el resultado final compensa.
Que los niños crezcan en un entorno familiar que les proporcione seguridad, amor y comprensión es la mejor manera de asegurarles un desarrollo físico, emocional y social, normal y pleno. Educar desde el buen trato significa no recurrir a gritos, insultos, amenazas, humillaciones, azotes o cachetes. 


2.- Aprende a no descargar tu mal humor en los hijos.

El trabajo y las tensiones propias del día a día pueden empujarnos a los peores enfados cuando menos lo deseamos, es decir, en el momento de llegar a casa y estamos con los que más queremos. Reconocer nuestros sentimientos y emociones negativas de cierta intensidad nos ayudará a reducir nuestra ansiedad frente a ellos. Debemos reflexionar seriamente sobre qué vamos a decir y sobre todo, cómo lo diremos.


3.- Involúcrate para que tu hijo supere cada una de las etapas de su desarrollo.

La manera de afrontar las distintas características de las etapas de bebé, niño y adolescente repercutirán en la capacidad y la madurez que tu hijo o hija alcance de mayor.
Pasa el máximo tiempo posible con tu bebé para formar lazos afectivos y cuando crezca, procura que tu hijo siga una rutina marcada con horarios fijos para dormir y comer, verás que se comporta mejor y pon reglas al chico o chica adolescente. 

4.- Sé rígido cuando impartas disciplina.

Independientemente de la edad que tenga tu hijo, lo más importante es que seas firme cuando fijes normas y las respetes. Si no asumes las consecuencias de lo que le has comunicado, lo más probable es que tu hijo tampoco lo haga y que pierdas tu autoridad. Recuerda que los niños aprenden lo que ven en los adultos, especialmente de los de su entorno más cercano, así que asegúrate de darle buen ejemplo.


5.- Soluciona metódicamente los problemas de mal comportamiento.

Para establecer lo que es y lo que no es un comportamiento normal en un niño, hay que tener en cuenta la edad, la personalidad y el nivel de desarrollo.
Que un comportamiento se mantenga o desaparezca depende en gran parte de la reacción y medidas que tomen los padres al respecto; sobre todo, NO se debe pegar a los niños: el castigo físico puede provocar que el niño adopte una conducta social agresiva.

6.- Incúlcale la importancia de buscar el equilibrio entre el trabajo y el ocio.

No disponer de momentos de ocio para descansar y recuperar fuerzas es casi tan negativo como tener mucho tiempo libre y no saber en qué emplearlo.
En los momentos de ocio, los niños pueden cultivar y desarrollar otras facetas no menos importantes para su formación integral como la amistad, la cultura o las aficiones. Hay que descubrir las aptitudes que tiene cada niño y… ¡animarlos a que las aprovechen al máximo!

7.- Enséñale el valor del dinero a través de la paga semanal. 

Muchos padres tienen dudas acerca de si deben dar dinero a sus hijos y a menudo se preguntan sobre cuándo deberían empezar a darles a la semana y que cantidad es la  ideal. Esta pequeña paga puede ser algo determinante para enseñar a los niños a administrar y valorar el dinero, algo de gran utilidad en este contexto de crisis y para cuando sean mayores.

8.- Ayuda a tu hijo a afrontar y resolver sus conflictos.

De la misma manera que los adultos, los niños también experimentan situaciones de confrontación con sus compañeros y desgraciadamente muy a menudo las vías de resolución de sus conflictos resultan ser los insultos o las peleas. Por ello, se les debe ofrecer herramientas que les hagan capaces de afrontar los problemas de la mejor manera en este nuevo año.



9.- Gestiona sus celos ante el nacimiento de un hermanito
Si en 2013 va a llegar un nuevo miembro a la familia, esto puede suponer una interrupción en la forma de vida de un niño que no suele entender que éste sea quien ahora se lleve las caricias y la atención de padres y abuelos. De hecho, el niño que sufre celos puede reaccionar de manera inesperada. Lo más aconsejable es el uso del sentido común e intentar que los hábitos y las costumbres del primer niño varíen lo mínimo posible.

10.- ¡Y aprovecha la oportunidad de vivir al máximo la paternidad en 2013…!

Adaptarse a las nuevas situaciones familiares no siempre es fácil. Superar con éxito el cansancio y el estrés que supone el cuidado de un recién nacido es todo un reto. Esto implica un reajuste de las prioridades  tanto en casa como en el trabajo. Para ello, el padre y la madre deben coordinarse para disponer de tiempo para dormir, hacer ejercicio .… ¡disfrutar de los beneficios de la participación activa en el cuidado de los hijos!

lunes, 14 de enero de 2013

Los colores de las verduras




 La verdura es uno de los grupos de alimentos que más varían durante el año junto con la fruta, ya que cada estación nos trae variedades diferentes. Sólo hay que observar con atención cómo están los huertos en invierno o cómo están en verano. Ahora es la época de la lechuga o de los rábanos y a punto de llegar los pimientos y los tomates.
Además, a diferencia de otros alimentos como la carne, el pescado o los lácteos, tenemos verduras de todos los colores. Un buen consejo para estar fuerte y sano es poner muchos colores a nuestros platos:
  • Verde: lechuga, escarola, brócoli, espinacas, alcachofas
  • Naranja: zanahoria, calabaza
  • Rojo: tomate, pimiento rojo
  • Lila: repollo, berenjena
  • Blanco: nabo, cebolla
  • Amarillo: pimiento amarillo
  • Rosa: rábano

En cuanto a la dieta, es muy importante que intentemos incluir verduras dos veces al día, normalmente en la comida y cena y se recomienda combinar preparaciones crudas con cocidas; Así, junto a las dos o tres piezas de fruta que nos recomiendan, llegamos a las famosas "cinco raciones al día".

¿Por qué son tan recomendables? Pues porque son básicamente agua, por lo que nos hidratan mucho sobre todo ahora que viene el calor del verano, pero también porque son una fuente extraordinaria de vitaminas, minerales y fibra.

Una vez presentados los beneficios y la gran variedad de productos que nos ofrece este grupo de alimentos, llega la hora de cocinarlos. Os mostramos dos maneras diferentes de cocinar las verduras y donde cobra importancia la forma de cortarlas, ya que así, conseguimos presentaciones divertidas y variadas.


Espaguetis de verduras

Ingredientes para 4 personas
  • 2 calabacines
  • 2 zanahorias grandes
  • 2 o 3 nabos medios
  • 100 gramos de jamón serrano
  • 4 dientes de ajo
  • Aceite de oliva virgen
  • Sal
  • Pimienta

Elaboración
  • Lavar los calabacines, pelar los nabos, zanahorias y rallarlo todo con la ayuda de una mandolina para hacer espagueti fino.
  • Se puede cocer al vapor durante 3 o 4 minutos, o bien hervir en agua abundante con sal durante 1 minuto.
  • Dejar escurrir en un colador.
Nota: es mejor poner primero la zanahoria y el nabo porque tardan un poco más en cocerse.


Para la salsa
  • Cortar el jamón en trocitos.
  • En una sartén con aceite, freír los dientes de ajo enteros.
  • Añadir el jamón, darle unas vueltas y retirar del fuego.
  • Se puede usar para aliñar, echándola por encima del espagueti, o añadir al espagueti en la sartén, saltear todo junto y servir.