Nada mejor
que un masaje para cuidar de tu bebé, relajarle y demostrarle todo tu cariño y
amor.
El masaje terapéutico para los niños recibe el nombre de
Shantala. Su origen está en la India. El doctor francés F. Leboyer, después de
observar cómo una madre masajeaba a su bebé, quedó fascinado con la fuerza de
los movimientos y beneficios que esa
práctica tenía en los bebés, por lo que decidió importar esas técnicas a
Occidente y bautizar la secuencia de los movimientos con el nombre de aquella
madre, Shantala.
Según
Leboyer, ser cargados, acunados, acariciados, tocados, masajeados, etc., es
algo tan indispensable para los niños pequeños como las vitaminas, sales minerales
y proteínas.
El masaje infantil consigue calmar a los niños, fomenta
la resistencia de su organismo, que tengan un sueño tranquilo y un desarrollo
psíquico positivo.
Los masajes
son uno de los momentos preferidos de los bebés.
Durante el
masaje los pequeños sienten una sensación muy agradable porque no se trata sólo
del contacto de pieles, sino también de percibir sensaciones a través del oído,
el olfato y la visión.
Si el masaje
forma parte de una rutina diaria, el bebé sabrá, por ejemplo, que después del
baño y antes de que le pongan su ropita, alguien (sea la madre, padre u otra
persona) le proporcionará este momento tan esperado.
Al oír a su
madre extenderse el aceite o la crema por las manos, el bebé ya se sentirá
preparado para vivir la agradable experiencia del masaje. En estos breves
minutos, el bebé encontrará la paz y disfrutará de un enorme placer.
A la mayoría
de los bebés les encantan el contacto físico y no es de extrañar que los
masajes tengan un efecto tan calmante y relajante para ellos.
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