Las fiestas navideñas son sinónimo de reuniones familiares y de comidas más copiosas de lo habitual. Descubre cómo celebrarlas sin alterar la rutina alimentaria de los más pequeños.
Lo primero que debes tener en cuenta es que, en el momento
en que hay un día excepcional en la dieta, los niños suelen tener conductas
extremas. O bien no comen nada o bien lo hacen hasta la indigestión. Lo
importante es tratar de evitar cualquiera de los dos extremos, sin que dejen de
pasarlo bien ni que sea algo especial y festivo.
Para que los niños disfruten y al mismo tiempo coman sano, sigue las siguientes pautas:
Primeros platos:
Para que los niños disfruten y al mismo tiempo coman sano, sigue las siguientes pautas:
Primeros platos:
- Sírveles pequeñas cantidades de entrantes combinados, para que puedan probar un poquito de todo y tengan más sensación de variedad.
- Algunas sugerencias: croquetas, huevos rellenos, canapés, embutidos variados, flan de verduras o champiñones rellenos de queso.
Segundos platos:
- Una opción siempre válida es una carne blanda y ligera.
- Si prefieres prescindir de la carne, elige un pescado servido sin espinas ni salsas pesadas.
- Hay varias propuestas para cumplir con las premisas indicadas: lomo a la naranja, pechuga de pavo con ciruelas, pastel de marisco, pescado o carne.
Postres:
- No pueden faltar, con moderación, los dulces tradicionales: turrón y mazapán.
- Otra opción válida y perfecta para niños es la mousse (de chocolate, limón, o fresa...).
- Puedes servir piezas de fruta, por ejemplo en forma de macedonia. Para hacerlo más festivo es buena idea añadir una bola de helado.
Brindis:
- Las bebidas alcohólicas son muy dañinas para los niños, aunque sea en dosis muy pequeñas. Hay que evitarlas siempre.
- Para brindar podemos ofrecerles su refresco favorito. Existe en el mercado champán sin alcohol. Lo puede tomar algún familiar para que el niño no se sienta solo.
En general ten en cuenta que…
- Para la noche de fin de año, hay que elegir uvas pequeñas y quitarles la piel y las pepitas, para evitar atragantamientos. Antes de los cuatro años tampoco conviene darles frutos secos.
- Los horarios de las comidas deberían alterarse lo mínimo posible.
- En Nochebuena y Fin de Año conviene que la comida y la merienda sean poco cuantiosas, para que así quede apetito para la cena. Lo mismo debemos aplicar en el desayuno por Navidad y Año Nuevo, si hay comida familiar.
- A la
mayoría de los niños les encanta participar en los preparativos: disponer
el turrón cortado en la fuente, adornar la mesa, batir los huevos para
elaborar el pastel de carne... ¡contemos con ellos! Fuente:
Ser padres